sábado, 7 de noviembre de 2009

PróXiMA PARaDA: TU PuTA MAdRE

Harto es conocida esa tradición por el escaqueo a bordo del metro, mamoneo extremo, delincuencia barata, en fin... llamadlo como os de la gana.

Solicitaron mis servicios para proponer medidas a un asunto algo delicado y del que no saliera nadie mutilado. Por supuesto me hubiera negado bajo esas condiciones, si no hubiera sido por esa maleta llena de billetes que me miraba de manera provocadora, tal vez insolente. Cuando me dí cuenta de que eran billetes sencillos de metro, el mundo se me cayó encima, yo pensaba que serian bonos de diez, que atrevido por mi parte, es que aún no sabia con que clase de buitres trataba?

-Sí, yo ahí trabajaba.

Después de meses de infructuosas investigaciones y búsquedas de métodos de pago obligatorios y a la vez inocuos para el viajero, tras haberme enfrentado personalmente cara a cara con el mismísimo diablo viajando con delincuentes en el metro, al fin logré hallar la solución oportuna, muy inteligente, pero poco devastadora a nivel físico, lo cual me entristeció, he de admitirlo.

Mi proyecto se aprobó y pronto el dispositivo se hallaba instalado en la mayoría de explotaciones ferroviarias, las que no, acabaron explotando o pasto de las llamas.

El método consistía en abochornar al viajero de manera totalmente cruel, dejándole en evidencia ante todo aquel que hubiera pagado su billete, evidentemente el usuario sin título de transporte era delatado por la propia megafonía ante el inminente anuncio de parada, que era sustituido por un aberrante insulto hacia él de manera aleatoria.

Tras complejas operaciones y cálculos que serian de incomprensible explicación para cualquier lector sin los oportunos conocimientos en la materia, este revolucionario sistema daba inmediatamente con el infractor para posteriormente narrar todos sus atributos y vestimenta de una forma infalible para el reconocimiento instantáneo por parte de los demás viajeros.

Sometido a tal escarnio y ridiculizado hasta el extremo de decir basta, el damnificado no solía reincidir y de esta forma se lograba acabar con el fraude de una forma parcial, puesto que todavía quedaba un grupo sobre el que experimentar:

-Los Sin-Vergüenzas

Pero eso es ya, otra historia...

El Dr. KeePER

2 comentarios:

Arwen dijo...

Desde luego...si es que hay mucho "sinpa" por la vida...xDDD

Besotes mañaneros.
Arwen

Anónimo dijo...

Enredada en la añoranza, que no perdida en ella, pero con ganas de saber de él, decidí hacer un primer y único intento: buscar su nombre por la red. En esta realidad que nos rodea ya no es complicado como lo era antes. Abres “sanguguelbendito” y tecleas los datos de aquel de quien deseas saber.
Muchas veces lo he pensado. Cuando alguien posee tanta energía imaginativa debe buscar incansablemente la manera de expresarla, de sacarla fuera y darle rienda suelta, sin muros ni cortapisas. Es imposible refrenarla y cómo no, no me he equivocado. Así lo ha hecho y se ha delatado así mismo.
Hemos compartido poco pero ése poco era del principio y los principios siempre han sido duros y éso une, aunque la distancia, puta del tiempo, se pasee entre nosotros y se atrinchere en el medio, siempre quedará una grieta por la que asomar la nariz para buscar aquello que se deje encontrar.
Había sido fácil dar con él, muy fácil. Demasiado. No se esconde, nunca lo ha hecho. Aquí lo tengo, encuadrado en la pantalla. Se muestra ante mi y es a la vez transparente e inalcanzable. Lo veo, lo observo como mudo testigo de lo que ya se intuía pero que reservaba para si mismo, de ése mundo interior en el que pasaba el tiempo plasmando la sangre en rojo rotring. Cuerpos destrozados, mutilados y desangrados. Qué rareza la suya a tan tierna edad pero que destreza en el trazo, cómo copiaba un rasgo y lo hacía suyo en cuatro rayas. Guardo mucho de lo que plasmaba entonces, codo con codo y me gusta pensar que en algo le influí, que yo estaba ahí entonces. Todo ello lo atesoro como algo que sé que ya no podré rozar nunca más. Así es la vida, ni filosofía barata ni jerga de senectud que se marchita tomando el sol los días sin nubes. Es sólo un poco de realidad.
Lo encuentro con tan sólo pulsar una tecla, pero alcanzarlo es perderlo con la facilidad que implica sobresaltarse al oir el politono estridente del movil. Hace años que dejamos de compartir todo lo compartible entre nosotros, aún así, le añoro. Es un poco mio.
Le he dejado pistas en éste escrito. Son fáciles de seguir, sólo él las sabe y podrá encontrarme al otro lado, sólo tiene que querer y de intentarlo y espero que lo intente, por el “entonces”, por el “ahora”, porque ahora y de lejos seguimos siendo y quedamos menos de los nuestros. Queda mucho aún por compartir y tan poco tiempo...